INFLUENCIA EN LA SEVERIDAD
En un reciente estudio comparativo, las personas físicamente activas que hacían ejercicio de leve o moderada intensidad, en comparación con las no activas o sedentarias, tenían el doble de probabilidad de tener un ataque cerebral (ictus) leve en vez de uno moderado o grave.
El 52% de las personas que tuvieron accidentes cerebrovasculares estaban físicamente inactivos.
El estudio relaciona la evidencia de la actividad física con la severidad del ictus y su recuperación.
La media de edad fue 73 años, 45% mujeres. La mayoría tuvo un ictus leve (94% por obstrucción, 6% por hemorragia).
El ictus fue más severo en las personas físicamente inactivas, y menos severo tanto en las personas leve (caminar 4 horas por semana o similar) y moderadamente activas (2-3 de entrenamiento semanal).
Los resultados sugieren que tanto la actividad física leve como moderada son beneficiosas.
La actividad física previa a un ictus, tal como caminar 4 horas semanales, puede tener un impacto en la severidad del ictus.