Varios estudios demuestran que el ejercicio físico regular y la buena condición física disminuyen el riesgo de infección por SARS-CoV-2.
Según una revisión recientes con datos de más de 1.8 millones de adultos con ejercicio físico semanal regular tenían en comparación con los no activos:
11% menos riesgo de infección por SARS-CoV-2, 36% menos riesgo de hospitalización, 44% menos riesgo de COVID-19 grave, y 43% menos riesgo de fallecer por COVID-19
Otro estudio sudafricano investigó a más de 65.000 personas durante más de un año con diagnóstico de COVID-19.
Es interesante destacar, que los datos fueron de un seguro privado, y se compararon datos de clientes que participaron en un programa voluntario de vida saludable de la asegurada.
Los participantes se agruparon por nivel de actividad: bajo (< 60 min/semana), moderado (60 a 149 min/semana) y alto (≥ 150 min/semana).
En comparación con las personas de activiad baja, las personas con altos niveles de actividad física tenían:
34% menos riesgo de hospitalización, 41% menos riesgo de ingreso en la unidad de cuidados intensivos, 45% menos riesgo de requerir ventilación mecánica, y 42% menos riesgo de mortalidad.
Las de ejercicio físico moderado se asoció con
13% menos riesgo de hospitalización, 20% menos riesgo de ingreso en la unidad de cuidados intensivos, 27% menos riesgo de necesitar ventilación, y 21% menos riesgo de deceso.
Los adultos con niveles altos y moderados de ejercicio físico tuvieron resultados significativamente mejores que aquellos con poca actividad cuando contrajeron COVID-19. Los aparentes efectos protectores de la actividad física regular se extendieron a aquellos con afecciones médicas crónicas concomitantes.
Las graves consecuencias para la salud de la pandemia de la enfermedad por el virus corona 2019 (COVID-19) se han visto exacerbadas por la prevalencia de factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares (ECV), como la inactividad física, la obesidad, la hipertensión y la diabetes.
La aptitud cardiorrespiratoria o nivel de condición física (VO2máx) es un biomarcador bien establecido asociado con el riesgo de enfermedad cardiovascular, la cual se puede medir mediante una prueba de esfuerzo, mejor con análisis de gases.
Los datos emergentes demuestran que una alta Aptitud Cardiorespiratoria ofrece cierta protección contra los resultados graves de la COVID-19.
Los efectos cardioprotectores asociados con niveles más altos de Aptitud Cardiorrespiratoria están bien establecidos.
Ezzatvar Y, Ramírez-Vélez R, Izquierdo M, Garcia-Hermoso A. Physical activity and risk of infection, severity and mortality of COVID-19: a systematic review and non-linear dose-response meta-analysis of data from 1 853 610 adults. Br J Sports Med. 2022 Aug 22:bjsports-2022-105733. doi: 10.1136/bjsports-2022-105733. Epub ahead of print. PMID: 35995587.
Steenkamp L, Saggers RT, Bandini R, Stranges S, Choi YH, Thornton JS, Hendrie S, Patel D, Rabinowitz S, Patricios J. Small steps, strong shield: directly measured, moderate physical activity in 65 361 adults is associated with significant protective effects from severe COVID-19 outcomes. Br J Sports Med. 2022 May;56(10):568-576. doi: 10.1136/bjsports-2021-105159. Epub 2022 Feb 9. PMID: 35140062; PMCID: PMC8844956.
Harber MP, Peterman JE, Imboden M, Kaminsky L, Ashton REM, Arena R, Faghy MA. Cardiorespiratory fitness as a vital sign of CVD risk in the COVID-19 era. Prog Cardiovasc Dis. 2022 Dec 17:S0033-0620(22)00153-0. doi: 10.1016/j.pcad.2022.12.001. Epub ahead of print. PMID: 36539006; PMCID: PMC9758758.